sábado, 22 de septiembre de 2012
Esto no es serio.
A raíz de la exhibición que tuvo lugar en las calles de
Barcelona con motivo de la última Diada, más que a exponer algún razonamiento
que no se adapte al universo lógico-discursivo de sus convocantes, a lo que me
gustaría dedicar algunas líneas es a dejar en el aire un par de preguntas que
se me ocurre plantearme cada vez que en nuestro país hay alguien que se llena
la boca con proclamas nacionalistas o independentistas. Primera: ¿Podría una
comunidad como la murciana, o una provincia como Almería (que bien puede
autoabastecerse con sus invernaderos, algo de pesca y turismo) solicitar
su separación del resto del Estado español con el beneplácito de Europa, a la
espera de que se la concedan (modificando lo que haga falta el Derecho Internacional,
cuatro leyes por aquí y otras cuatro por allá) sin que los trámites se alarguen
demasiado? ¿Y Burgos, "Caput Castellae", "Camera Regia", "Prima voz et fide", "Capital de la cruzada" (título, este último, otorgado por el dictador Francisco el 2 de octubre de 1961), que frecuentemente tiene la sensación de que Pucela se beneficia más que ella cuando tiene lugar “el reparto del pastel”?
Segunda. ¿Qué requisitos hacen falta para que un “Territorio” tenga el título
de “Histórico” (con las ventajas que, al parecer eso debe acarrear)? ¿Podría Castilla
(la Vieja), pongamos por caso, reunirlos (por eso de haber sido allá por el
primer milenio de nuestra era, el reino que marcaba (bien es cierto que a
espadazos) los designios de toda la Cristiandad)? A partir de aquí, con lo de ver en las calles
de la Ciudad Condal un sábado de finales del verano por la tarde a nosecuantoscientosdemiles de
personas ondeando senyeras, y alzando pancartas (algunas un pelín ofensivas
hacia los que no tenemos el privilegio de haber nacido allí), se me vienen a la
mente algunas cuestiones más como las que siguen. Tercera. Si tienes una deuda
de 45000 millones de euros porque te has gastado más de lo que tenías, no
buscas responsables, pides que se te conceda un régimen fiscal particular e
irte de la partida y ¡tachán: se te concede el deseo!, ¿Sigues teniendo que
saldarla? Cuarta. ¿Será verdad (como dijeron el otro día esos señores que
montaron la marcha soberanista) que “Cataluña se ha cansado de España lo mismo
que España se ha cansado de Cataluña? (lo digo porque yo he estado por allí hasta
hace poco, he desarrollado trabajos educativos con amigos, profesores y
empresarios, y la impresión es que nos apreciamos bastante mutuamente,
sintiéndonos afortunados de habernos conocido y estar en contacto). Quinta. Si
Cataluña, aunque sólo fuera por insistir e insistir e insistir consiguiera ser
“Nuevo Estado Europeo”, ¿Habría que poner frontera con valla a lo Gibraltar,
pedir visado para salir o entrar, establecer aranceles aduaneros…? ¿Y podrían
seguir presentándose los catalanes a oposiciones allí donde se habla
Castellano, mientras que los de habla castellana no pueden presentarse donde se
habla Catalán? ¿Y si a los madrileños, o a los andaluces y extremeños, con los
sambenitos que les han colgado a veces en la Generalitat, les diera un día el
arrebato y dijeran “Pues vamos a hacer boicot bien hecho, durante un mes, para
empezar, a todos sus productos (incluido el espetec, todo lo que sale de la
huerta leridana, el turismo activo en la parte que les toca de Los Pirineos, y las
estancias en Port Aventura, en los seis parques temáticos que van a abrir de
golpe y en la Ciudad Condal”…)? ¡Huy, Gonzalo, qué cosas se te ocurren! Más
vale que lo dejes ya y te vayas a
dormir, que mañana hay que madrugar para ir a trabajar.
viernes, 20 de julio de 2012
Más recortes
La subida del
IVA y los últimos recortes decretados por el Gobierno de la Nación han
provocado un notable agudizamiento de la indignación de la ciudadanía en
general y del funcionariado en particular. Mención especial merece lo que
respecta a la prestación por desempleo y la supresión de la extra de Navidad para los empleados
públicos con una nómina superior a 962 euros (unos 15.000 del total de
2.700.000). Se trata de dos medidas ciertamente graves. La primera, sobre todo,
porque hará insostenible la dramática situación de precariedad que viven miles y
miles de familias. La otra, porque supone un duro revés para otros muchas que
en su economía doméstica cuentan con esa paga para tapar algún agujero al final de año, comprar los esperados regalos
propios de las fechas o, sencillamente, disfrutar de las fiestas con algo más
de dinero para gastar. Y no vamos a discutir aquí ahora la urgente necesidad de
recaudar más dinero para las arcas públicas. Pero si se pueden poner en
entredicho las formas. Dejando apartarte la incógnita de cómo todo esto va a
repercutir en el crecimiento económico,
y perversas decisiones como la llamada “amnistía fiscal” para un buen
número de individuos que (cometiendo delito) han acaudalado parte de la riqueza
de nuestro país, o el gesto de cara a la
galería que ha tenido el Rey al solicitar el descuento de un 7% los
ingresos mensuales que la Constitución atribuye a la Corona (cabe recordar aquí
que la Familia Real cuenta con uno de las mayores fortunas de España), lo sensato,
por lo menos, sería haber aplicado un criterio de proporcionalidad y así, por
ejemplo, exigir el sacrificio por tramos
o gradualmente, distinguiendo entre las personas que no cobran nada, las que
cobran en torno a 1000 euros al mes y las que superan los 2000 ó 2500. Lo peor
es que mientras las mencionadas polémicas actuaciones se aprueban
autoritariamente en el Congreso, los Diputados, Senadores, Consejeros
regionales, Alcaldes y concejales, personal de las Diputaciones, etc. continúan
cobrando unas dietas por sus tareas cotidianas ciertamente abultadas (y disfrutando
de privilegios como medios de transporte oficiales, teléfonos móviles gratuitos,
billetes en primera clase), se sigue
contratando a dedo a infinidad de
asesores que ganan más que sus superiores, se mantienen las costosas
duplicidades en la Administración, y la exigencia de responsabilidades a todos
aquellos cargos que nos han llevado al atroz endeudamiento que padecemos brilla
por su ausencia. Así, no se puede salir a la palestra a pedir nuevos esfuerzos
a la población. Menos bajo la amenaza de que las cosas, si no, se pondrán peor,
y sin realizar una esperada labor pedagógica explicando los porqués, las causas
reales del desbarajuste, las verdaderas claves para su solución y lo crucial
que resulta en este momento que nos pongamos a tirar, con lo mejor de nosotros,
todos juntos del carro.
viernes, 15 de junio de 2012
La imagen que damos
El pasado sábado 9 de junio tuvo lugar uno de los acontecimientos
más graves en la Historia de España desde la llegada de la democracia.
Los ministros de economía de la Unión Europea, a través de una teleconferencia,
acordaron inyectarnos hasta 100.000 millones de euros para subsanar los
problemas que tiene nuestro sistema financiero. Sin este gesto, los mercados
internacionales nos habrían dado la espalda y habríamos caído, en cuestión de
horas, en la quiebra económica. Lo peor, no obstante, creo que es lo que
ocurrió al día siguiente. Me refiero al hecho de que el Presidente del Gobierno
considerara la actuación como una gran victoria en una dura pugna que, al
decir en los titulares de El Mundo el lunes 11, habría tenido su momento
culminante en el envío de un SMS de Rajoy a Guindos ordenándole que aguantara, que
esto no es Uganda, y amenazara a Europa con pedirle un rescate de 500.000
millones para que la moneda única no se fuera a pique. O como el resultado del diligente cumplimiento de las
tareas impuestas en materia de recortes y contención del gasto. O como
el otorgamiento de un crédito en unas condiciones muy ventajosas para
que nuestros bancos vuelvan a tener liquidez, y así, podamos disponer
nuevamente de dinero para las empresas y para las familias. Todo esto,
acompañado de su asistencia en Polonia, junto con los Príncipes y la comitiva
propia de estos casos, al partido de
nuestra Selección con la de Italia. Porque, ¿qué pueden pensar al respecto
nuestros socios comunitarios y el resto del mundo? ¿Tal vez que en unos
momentos tan comprometidos lo que mejor podría haber hecho nuestro Ejecutivo es
mantenerse reunido en un gabinete de crisis? ¿Tal vez que en lugar de expresar
agradecimiento lo que hacen nuestros dirigentes es ponerse fanfarrones y
pretender quedar como héroes en lugar de villanos? ¿Tal vez que la impresión
que se va a generar entre la población es que pronto vamos a poder pedir
préstamos para invertir en una segunda o tercera vivienda (ahora que están a
buen precio), para cambiar de coche (aunque sólo tenga cinco años), o para
irnos de vacaciones a la playa? Si yo fuera, por ejemplo, alemán (y viví seis
meses en Leipzig, una ciudad industrial de 500.000 habitantes, dedicada a la
industria y el comercio, con el aeropuerto a media hora de coche, compartido
con la ciudad de Halle) y tuviera que
levantarme a trabajar con 10 bajo cero en el mes de marzo en un minijob –al igual que el 20% de mis
paisanos-, viviendo en un piso de alquiler, para tener 10 días de vacaciones y
un solo día de Fiesta al año en el semestre de verano, me fastidiaría bastante
ver como una cantidad importante de lo recaudado a través de mis impuestos va a
parar a un país en manos de unos representantes políticos como los aludidos,
con un sistema bancario cuyos responsables, aunque hagan quebrar una entidad,
puedan irse con pensiones vitalicias multimillonarias, y con una buena parte de
su población que prefiere vivir de subsidios o ayudas de distinto tipo, antes
que aceptar trabajos en los que el sueldo no llegue a los 800 euros al mes. En
fin, que si queremos seguir en Europa, y que si Europa va a contribuir a ello
con una considerable ayuda, rescate o como lo queramos llamar, lo menos que
podríamos hacer es exigir a nuestro Gobierno y a la oposición que estén a la
altura de las circunstancias y dejen de actuar en función de intereses
partidistas, que nos informen fidelignamente y no pretendan desviar nuestra atención
hacia el fútbol o el tenis en momentos cruciales, que empiecen a demostrar a
quienes nos vigilan por la cuenta que les trae, que están dispuestos al
sacrificio económico, poniéndose ellos como punta de lanza (bajándose los
sueldos como ha hecho Hollande en Francia, eliminando duplicidades y asesores,
etcétera, etcétera, etcétera…) Por lo demás, no nos vendría nada mal a todos
una buena cura de humildad y poner en práctica, ahora más que nunca, ese viejo
refrán que dice que “De bien nacidos es ser agradecidos”.
viernes, 11 de mayo de 2012
Feliz Aniversario
Hace un año, por estas fechas, celebraba el alumbramiento del
movimiento 15M y, con él, el surgimiento de una sorprendente corriente crítica en
contra del mal rumbo que estaba tomando nuestra economía y nuestra cultura en general
causado, fundamentalmente, por la nefasta labor de casi todas las personas que
nos gobiernan a distinto nivel. Han ocurrido muchas cosas notorias desde
entonces: un acentuamiento considerable de la crisis económica, el triunfo del
PP en las Elecciones Generales y Municipales, la Reforma Laboral, los recortes
en Sanidad y Educación… De todas ellas ha pretendido hacerse eco, aunque sólo
fuera ante los acontecimientos más relevantes, esta bitácora. Con la respuesta a
las mismas de la ciudadanía ha ocurrido algo parecido: se ha significado, con
más intensidad que como lo venía haciendo, al menos cuando los fenómenos han
superado los límites de lo sensatamente aceptable. Lo más importante
es que aquel suceso sin precedentes en la historia reciente de nuestro
país que tuvo resonancia a nivel internacional, la Spanish Revolution, ha deparado una nueva forma de posicionarnos
ante la realidad. Me atrevería a decir que hasta un nuevo modo de vida en el
que han pasado a ser actos cada vez más cotidianos mantenernos informados sobre lo
que está ocurriendo, hablar de
ello con los demás, valorar con mayor detenimiento
y exhaustividad las actuaciones de los representantes políticos, e incluso
asistir de vez en cuando a alguna asamblea o manifestación. Por ello, creo que
debemos congratularnos. Hemos de ser conscientes de que son enormes y muy
graves los problemas que nos afectan, y ciertamente largo el trecho que queda hasta su posible solución, pero también muy grandes las transformaciones deseables que
podemos ir consiguiendo si continuamos esta tendencia. Y no por manida, voy a dejar
de evocar la frase del poeta que me sale al encuentro en este punto del
viaje: “caminante, no hay camino, se hace camino al andar…”
viernes, 27 de abril de 2012
Mal vamos
Lo que más me preocupa no es que el próximo curso tenga grupos
de ESO con 36 alumnos, esto es, seis más que ahora (y eso que en algunas
ocasiones, con 20, ya se hace difícil dar la clase), o que en bachillerato me
vea con 42 (pues este año, aunque la ley dice que no puede haber más de 36 por
aula, tenga un 2º con ese mismo número, y creo que estoy consiguiendo una
preparación aceptable para selectividad, aunque hay días que me cuesta lo
indecible lograr que no se me ponga a hablar y me atienda una pareja por aquí,
otra por allá,aquel grupito del final…) Tampoco me preocupa especialmente
contar con un incremento de tres horas lectivas a la semana (salvo por todos los
compañeros que se van a ir al paro), y eso que dan para un grupo más (con todos
los ejercicios y exámentes que tendré que corregirle, etc). Lo que verdaderamente me preocupa es oir al Ministro de Educación o a la Consejera de la Comunidad
Valenciana decir que con ello no entienden que se vaya a ver disminuida
sensiblemente la calidad de la enseñanza. Vamos a ver, ¿en qué piensan entonces
que consiste principalmente ésta? ¿Es que no están al corriente de los informes
que al respecto emiten cada cierto tiempo la OCDE y los responsables del
informe PISA (en cuyas pruebas, antes de lo recortes, ya ocupábamos los últimos
lugares de Europa)? ¿Con quién se creen que están hablando? Si es en personas
con semejante conocimiento de la materia
en quienes debemos confiar para salir del atolladero en el que nos hallamos,
¡que los dioses nos protejan! Y que tengan muy presente (ellos y el Jefe del
ejecutivo, que en campaña electoral prometió cuidar ante todo las Pensiones, la
Sanidad y la Educación) lo que dijo el sabio: “Si crees que la enseñanza es
cara, prueba a no gastar en ella”…
viernes, 2 de marzo de 2012
Debe ser primavera...
Primero fue la constitución de la asamblea local, que ya tiene página web. Luego, la organización de una “jornada de convivencia”, con chocolatada y asamblea en el IES nº 3. Más y más asambleas en los recreos, paseos tras la pancarta, ropa negra los lunes, distintivo con imperdible, y un comunicado de adhesión al manifiesto elaborado por el Luis Vives. Después, entrevista en la Intercomarcal. Y esta semana, las clases en la Plaza de Santiago que nos han valido salir, elogiadamente, en el informativo territorial de la Primera. Aparte de esto, asistencia a las cívicas y multitudinarias manifestaciones de Alicante y Valencia, y una concentración en Villena. Lo mejor de todo no es que el gobierno de la Comunitat acabe de hacer a los sindicatos una propuesta de negociación sobre los recortes (que bien venida sea). Lo que más le satisface a uno es ver que cada vez es mayor el número de personas que entienden cuál es el principal motivo de este tipo de movilizaciones: la campaña de desprestigio a la que algunos/as gobernantes están sometiendo a quienes nos dedicamos a la docencia y al alumnado, así como el deterioro de la calidad de la enseñanza. Más allá de esto, lo que más me agrada y llena de ganas de hacer nuevas cosas es haber visto en semejante tipo de actos estos días muchas caras (sobre todo de jóvenes) que parecen recién despertadas, que transmiten un estado personal de compromiso, lucha por lo que se considera justo, responsabilidad con lo que se está haciendo, afán de sobreponerse a la adversidad; humanas emociones y sentimientos de unidad, dignidad, pertenencia a un muy importante colectivo social y, ante todo, ilusión: convencimiento de que se puede, si nos ponemos hombro con hombro, lograr lo imposible o, al menos, construir un mundo algo mejor.
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martes, 21 de febrero de 2012
Luis Vives y porras
Para hoy hay convocadas en Valencia y otras capitales como Madrid, Barcelona o Sevilla, diversas manifestaciones para denunciar las cargas policiales que tuvieron lugar el viernes día 15 y durante la tarde y la noche de ayer en la primera de estas ciudades, principalmente contra estudiantes, profesorado, padres y madres que protestaban por los recortes que está sufriendo el sistema educativo en su Comunidad. Los incidentes se saldaron con varias personas heridas y detenidas, entre las que se encontraban menores de edad.
Es muy probable que en estas nuevas movilizaciones hagan acto de presencia (además de miembros de partidos e instituciones que buscan obtener rentabilidad política), algunos antisitema que aprovecharán la publicidad que va a darse a las mismas para mostrar su particular idea de lo que es reivindicar derechos sociales y construir un mundo mejor. Pero el Ministro de Interior no puede justificar, como ha hecho, las últimas actuaciones policiales aduciendo una presencia significativa de los mismos. Porque éstos, habida cuenta del número y perfil de quienes ocuparon las calles, con los medios de que disponen las fuerzas de seguridad (agentes infiltrados, grabación de videos, etc.), podrían haber estado en todo momento bajo control y haber sido detenidos antes incluso de llegar a cometer actos delictivos. Y cuando el Jefe Superior de la policía de Valencia califica a los protestantes como “enemigos”, quizás se le deba pedir que explique, ya de paso, cuál es su interpretación del video con casi 40.000 visitas en YouTube titulado “Infiltrado calvo camiseta roja…” Por lo que respecta a la Delegada del Gobierno, que considere si no podría haber evitado el desarrollo que han adquirido los acontecimientos comportándose desde el principio de manera más dialogante (permitiendo incluso un corte de la vía pública simbólico), si hubiera ordenado tener en todo momento sumo cuidado con el empleo que se hacía de la fuerza (aplicándose como medidas más proporcionadas cordones policiales o formaciones de agentes que pudieran ganar posiciones con ayuda de su corpulencia, destreza y escudos), si hubiera sido consciente, ante todo, de que quien iba a tener delante, sin más arma que su voz, era la comunidad educativa del Luis Vives clamando por la falta de recursos que sufren porque algunos gobernantes han malgastado el dinero público.
En cualquier caso, lo más preocupante es que aquí, una vez más (ojalá me equivoque), nadie va a sentirse responsable de los males causados, ni a ceder su sitio a otra persona que reúna una serie de méritos que permitan pensar que puede hacerlo mejor.
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jueves, 2 de febrero de 2012
Movilización
Los recortes en educación y sanidad llevados a cabo por el Gobierno de la Generalitat Valenciana nada más comenzar el año son, probablemente, los más graves que jamás han tenido lugar en la Historia democrática de nuestro país. Es cierto que vivimos tiempos difíciles, bajo una tremenda crisis económica y que se hacen cesarias medidas excepcionales. Pero cargar contra las dos prestaciones más importantes que ha de procurarse al conjunto de la ciudadanía en cualquier Estado moderno, a la larga, traerá consigo una creciente desconfianza en nuestros gobernantes, mayores penurias a las clases más desfavorecidas y serias carencias en nuestros jóvenes que harán que se encuentren en clara desventaja frente a los jóvenes de otros países en los competitivos escenarios profesionales con los que van a encontrarse de cara al futuro. Estamos hablando, sin ir más lejos, de largas listas de espera en las intervenciones quirúrgicas, o de falta de medios y grupos de alumnado en cada aula que exceden con mucho la ratio que aconsejan los expertos. Y que nadie intente hacer creer a la sociedad que es al funcionariado y personal interino de estos y otros sectores a quien hay que exigir un mayor sacrificio, dado que se encuentran en una situación realmente privilegiada. Porque no cabe hablar de privilegio si cualquier persona puede aspirar, en igualdad de condiciones, a formar parte de esos colectivos. O si, como norma general, para alcanzar semejante meta, hay que dedicar unos cuantos años de vida a realizar estudios (con esfuerzo, privaciones y dinero que la familia ha ahorrado para tal fin), y luego hay que presentarse a unas cuantas oposiciones (con su correspondiente carga de sufrimiento). Todo para tener un sueldo bastante menor que el de un oficial de albañil, hasta hace poco, o el de un fontanero hoy en día. Añádase que la inmensa mayoría de los empleados públicos de distinto rango en las diferentes administraciones son gentes que madrugan para ir al trabajo, que tienen que llevarse a casa buena parte de él para dejarlo acabado, y que intentan hacerlo con esmerada profesionalidad, y si cabe, cada día mejor. Quienes realmente disfrutan de unos privilegios que llaman la atención son los políticos de nuestros ayuntamientos y comunidades autónomas, por no hablar de los Diputados, Senadores y otros altos cargos (con su extraordinaria pensión de jubilación con tan solo 7 años cotizados a la Seguridad social y un impuesto de la renta que no llega al 5%), coches oficiales, asesores, abultadas dietas cada vez que salen de viaje, tarjetas visa oro para “gastos de representación”, teléfono gratuito, etcétera. Con todo, lo que más me preocupa y entristece, es que algunos de estos “prohombres”, como el señor Vela (que después de tres legislaturas como Conseller de economía ha dejado a la Comunidad Valenciana al borde de la quiebra), no se den por aludidos, ni siquiera tras las voces acusadoras de decenas de miles de manifestantes que han recorrido las calles de las principales ciudades de esa comunidad en los últimos días, y sigan en sus puestos de mando como si nada pasara. Por eso, ahora más que nunca, tenemos que movilizarnos para evitar una flagrante vulneración de nuestros derechos, exigir responsabilidades a este tipo de gestores de lo público y ponerlos en su sitio. O eso, o seremos merecedores de ellos con todas sus consecuencias…
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