Lo que más me preocupa no es que el próximo curso tenga grupos
de ESO con 36 alumnos, esto es, seis más que ahora (y eso que en algunas
ocasiones, con 20, ya se hace difícil dar la clase), o que en bachillerato me
vea con 42 (pues este año, aunque la ley dice que no puede haber más de 36 por
aula, tenga un 2º con ese mismo número, y creo que estoy consiguiendo una
preparación aceptable para selectividad, aunque hay días que me cuesta lo
indecible lograr que no se me ponga a hablar y me atienda una pareja por aquí,
otra por allá,aquel grupito del final…) Tampoco me preocupa especialmente
contar con un incremento de tres horas lectivas a la semana (salvo por todos los
compañeros que se van a ir al paro), y eso que dan para un grupo más (con todos
los ejercicios y exámentes que tendré que corregirle, etc). Lo que verdaderamente me preocupa es oir al Ministro de Educación o a la Consejera de la Comunidad
Valenciana decir que con ello no entienden que se vaya a ver disminuida
sensiblemente la calidad de la enseñanza. Vamos a ver, ¿en qué piensan entonces
que consiste principalmente ésta? ¿Es que no están al corriente de los informes
que al respecto emiten cada cierto tiempo la OCDE y los responsables del
informe PISA (en cuyas pruebas, antes de lo recortes, ya ocupábamos los últimos
lugares de Europa)? ¿Con quién se creen que están hablando? Si es en personas
con semejante conocimiento de la materia
en quienes debemos confiar para salir del atolladero en el que nos hallamos,
¡que los dioses nos protejan! Y que tengan muy presente (ellos y el Jefe del
ejecutivo, que en campaña electoral prometió cuidar ante todo las Pensiones, la
Sanidad y la Educación) lo que dijo el sabio: “Si crees que la enseñanza es
cara, prueba a no gastar en ella”…