Me resisto a pensar que ya no queda nada de todo lo que
aconteció aquel 15 M de 2011 y en los días posteriores. Por más que hoy, cuando
se cumple su tercer aniversario, no se vea por ninguna parte una convocatoria
de manifestación o asamblea, aunque solo sea a modo de recordatorio, sigo creyendo
que hay un rescoldo que desde entonces no se ha apagado. Este blog, que se gestó
con motivo de la ocasión, podría dar testimonio de ello. Bien es cierto que
últimamente no ha tenido actividad. Se ha impuesto una realidad cotidiana que
dicta tener que trabajar más y más (¡y contento!), realizar cursos y cursos de
formación, atender las responsabilidades del día a día y en fin, hacer más y hablar menos. Pero también es verdad que en esa realidad se
incluye, en mi caso, que planté unos árboles en una pieza a las afueras de la
ciudad, y que dentro de poco espero poder disfrutar ya de su sombra en tardes
de primavera como esta, y también espero para entonces estar menos ocupado con
otros menesteres y poder sentarme a escribir de nuevo, y compartirlo con otras
muchas personas que están ahí y que se sienten al respecto como yo. Y en algún momento surgirá otra llama
que nos haga ver claramente que es posible continuar intentando construir un mundo
mejor.